La
MDMA (abrevación de su nombre semisistemático 3,4-metilendioximetanfetamina),
usualmente conocido como éxtasis, es una droga empatógena perteneciente a la
familia de las anfetaminas sustituidas. Las rutas más comunes para su síntesis
emplean la 3,4-metilenodioxifenil-2-propanona (MDP2P) como precursor.
El consumo de MDMA puede inducir euforia, sensación de intimidad con los demás y disminución de la ansiedad. Produce una pérdida de la timidez, volviendo al individuo más extrovertido, una sensación de alegría absoluta y de hiperactividad, aumento de la tensión muscular, dilatación de las pupilas, puede causar bruxismo y una pérdida parcial del sentimiento de dolor físico. Algunos estudios médicos han hallado algunos beneficios terapéuticos moderados para ciertos trastornos mentales, pero su uso a largo plazo se asocia a efectos adversos, como neurotoxicidad y deterioro cognitivo.Se desconoce si sus potenciales beneficios compensan su neurotoxicidad. Aunque se puede consumir de diversas formas, la vía oral es la forma más habitual.
Descubierta
en 1912 por Anton Köllisch, no cobraría importancia hasta décadas después,
cuando en la década de 1970 se empezó a popularizar su uso como droga
recreativa y como fármaco en psicoterapia. A partir de entonces, debido a su
abuso, la sustancia se fue ilegalizando a nivel internacional y en la
actualidad la posesión de MDMA está prohibida en la mayoría de países del
mundo, con algunas excepciones para la investigación científica y médica. En el
año 2013, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estimó que
entre 9,34 y 28,39 millones de personas consumieron MDMA en todo el mundo por
lo menos una vez en el último año; estas cifras son similares a las de los
usuarios de cocaína, anfetaminas sustituidas y opiáceos, aunque
considerablemente menores que las de usuarios de cannabis. El consumo de
éxtasis está a menudo asociado al ocio, sobre todo a fiestas nocturnas de
música electrónica —como por ejemplo raves—, lejos de sus orígenes
psicoterapéuticos
Los
síntomas del consumo de éxtasis incluyen daño cerebral
Una
investigación reciente revela que los cambios en el cerebro tienen lugar muy
rápidamente después de que una persona empieza a consumir éxtasis. Estos
cambios pueden dar lugar a ansiedad, depresión y confusión. Otros síntomas del
consumo de éxtasis son los malos resultados en pruebas que requieren de memoria
o de la capacidad cognitiva. Las pruebas que se han hecho han demostrado que
incluso una breve exposición al éxtasis puede provocar daños que duran años.
Cuando
el consumo de la droga se vuelve fuerte, los signos de consumo de éxtasis
pueden incluir paranoia, depresión, confusión y agresión. Los signos inmediatos
de consumo de éxtasis generalmente duran alrededor de cinco horas, pero algunos
signos pueden persistir durante semanas.
No
es seguro el que una persona conduzca después de haber consumido éxtasis, ya
que puede perder su buen juicio y puede correr más riesgos de lo habitual.
Efectos
del Extasis
Físicos:
Energía,
alta sensibilidad y reducción de la ansiedad al contacto físico, mayor
tolerancia a la fatiga, taquicardia, arritmia e hipertensión, pérdida del
apetito, sequedad de boca, sudoración, deshidratación, hipertermia,
sobrestimulación (aumento del estado de alerta, insomnio). En altas dosis
produce náuseas, vómitos, temblores, hiperactividad motora, escalofríos y
deshidratación severa; pueden experimentarse problemas cardiacos o una
insuficiencia renal aguda, que podrían provocar la muerte.
Psicológicos:
Ansiedad,
irritabilidad, sensación de euforia, estado de placer, sensación de empatía con
los demás, locuacidad, omnipotencia. Dosis elevadas pueden producir ansiedad,
pánico, confusión, insomnio, sicosis y fuertes alucinaciones visuales o
auditivas.
Cuando
estas sensaciones decaen, sobreviene agotamiento, fatiga, inquietud y
depresión, estados que pueden durar varios días.
Dado
el alto número de personas que se supone ha empleado éxtasis en las últimas
décadas, esta droga puede provocar abuso y dependencia.
Peligros
para la salud
Altas
dosis pueden causar agitación, convulsiones, deshidratación, vómitos y
alucinaciones.
El
éxtasis afecta la producción interna del neurotransmisor serotonina, uno de los
mecanismos a través de los cuales se regula la temperatura corporal, por lo
cual, cuando los efectos del éxtasis son combinados con una actividad física
como el baile, el usuario puede experimentar un descontrol de la temperatura
corporal y sufrir lo que se conoce con el nombre de “golpe de calor” y deshidratarse.
Para
poder combatir la deshidratación y re-hidratar el cuerpo, las personas
necesitan regular la cantidad de líquidos que consumen. Sin embargo, se estima
que el éxtasis también tiene la capacidad de distorsionar la habilidad del
cerebro para saber cuando una persona ha tomado suficiente liquido. Es por esto
que el consumo excesivo de agua puede causar también una distorsión en la
estructura celular con posterior muerte de células en algunos casos. Muchos
órganos vitales como el hígado, corazón, pulmones y cerebro son especialmente
susceptibles a esta distorsión de la estructura celular.
Por
estas razones los usuarios de éxtasis en fiestas Rave y Dance deben consumir
agua regularmente para reponer los fluidos perdidos a través de la transpiración
(aproximadamente medio litro por hora y no más).
El
éxtasis puede en algunos casos llegar a producir un “efecto resaca” al otro día
de haberlo consumido. Algunos síntomas pueden incluir:
Dolores musculares.
Pérdida de apetito.
Insomnio.
Perdida de concentración.
Depresión
El
éxtasis no genera dependencia física. Sin embargo, esto no excluye que su
consumo se pueda tornar problemático para la vida de quienes lo toman en forma
habitual y sistemática.
MDMA (aka semi-systematic name 3,4-methylenedioxymethamphetamine), commonly known as ecstasy, is a empathogenic drug belonging to the family of substituted amphetamines. The most common routes for its synthesis employ 3,4-methylenedioxyphenyl-2-propanone (MDP2P) as a precursor.
Consumption of MDMA can induce euphoria, a sense of intimacy with others, and decreased anxiety. It produces a loss of shyness, returning to the more extroverted individual, a feeling of absolute joy and hyperactivity, increased muscle tension, dilated pupils, can cause bruxism and a partial loss of feeling physical pain. Some medical studies have found some moderate therapeutic benefits for certain mental disorders, but their long-term use is associated with adverse effects such as neurotoxicity and cognitive impairment. It is not known if their potential benefits outweigh their neurotoxicity. Although it can be consumed of diverse forms, the oral route is the most habitual form.
Discovered in 1912 by Anton Köllisch, it would not acquire importance until decades later, when in the decade of 1970 began to popularize its use like recreational drug and drug in psychotherapy. Since then, due to its abuse, the substance has been illegalized internationally and the possession of MDMA is currently prohibited in most countries of the world, with some exceptions for scientific and medical research. In 2013, the United Nations Office on Drugs and Crime estimated that between 9.34 and 28.39 million people consumed MDMA worldwide at least once in the past year; These figures are similar to those of cocaine users, substituted amphetamines and opiates, although considerably lower than those of cannabis users. The consumption of ecstasy is often associated with leisure, especially at night parties of electronic music, such as raves, far from their psychotherapeutic origins
Symptoms of ecstasy use include brain damage
Recent research reveals that changes in the brain take place very quickly after a person begins to consume ecstasy. These changes can lead to anxiety, depression and confusion. Other symptoms of ecstasy use are poor test results that require memory or cognitive ability. The tests that have been done have shown that even a brief exposure to ecstasy can cause damage lasting for years.
When drug use becomes strong, signs of ecstasy use may include paranoia, depression, confusion, and aggression. The immediate signs of ecstasy use usually last about five hours, but some signs may persist for weeks.
It is not safe for a person to drive after having consumed ecstasy, as they may lose their good judgment and may be at greater risk than usual.
Effects of Ecstasy
Physicists:
Energy, high sensitivity and reduction of anxiety to physical contact, greater tolerance to fatigue, tachycardia, arrhythmia and hypertension, loss of appetite, dry mouth, sweating, dehydration, hyperthermia, overstimulation (increased alertness, insomnia). At high doses produces nausea, vomiting, tremors, motor hyperactivity, chills and severe dehydration; Heart problems or acute renal failure, which could lead to death.
Psychological:
Anxiety, irritability, feeling of euphoria, state of pleasure, feeling empathy with others, loquacity, omnipotence. Elevated doses can lead to anxiety, panic, confusion, insomnia, psychosis and strong visual or auditory hallucinations.
When these feelings subside, there is exhaustion, fatigue, restlessness and depression, states that can last for several days.
Given the high number of people who have been using ecstasy in recent decades, this drug can cause abuse and dependence.
Health hazards
High doses can cause agitation, convulsions, dehydration, vomiting and hallucinations.
Ecstasy affects the internal production of the neurotransmitter serotonin, one of the mechanisms through which body temperature is regulated, so that when the effects of ecstasy are combined with physical activity such as dancing, the user may experience a lack of control Of body temperature and suffer what is known as "heat stroke" and become dehydrated.
In order to combat dehydration and re-hydrate the body, people need to regulate the amount of fluids they consume. However, it is estimated that ecstasy also has the ability to distort the brain's ability to know when a person has taken enough fluid. This is why excessive water consumption can also cause a distortion in the cellular structure with subsequent death of cells in some cases. Many vital organs such as the liver, heart, lungs and brain are especially susceptible to this distortion of cellular structure.
For these reasons, ecstasy users at Rave and Dance parties should consume water regularly to replenish fluids lost through perspiration (approximately half a liter per hour and not more).
Ecstasy can in some cases produce a "hangover effect" the other day of having consumed it. Some symptoms may include:
Muscle pains.
Loss of appetite.
Insomnia.
Loss of concentration.
Depression
Ecstasy does not generate physical dependence. However, this does not exclude that its consumption can become problematic for the life of those who take it in habitual and systematic form.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario